DON QUIJOTE, CERVANTES Y LOS MOROSOS DE MOTRIL, SALOBREÑA Y ALMUÑECAR

Semana Santa de 2002, Valladolid, empezaba a familiarizarme cada vez más con todos los rincones de la ciudad castellana, la que sería y es, por motivos familiares, mi segunda ciudad después de Granada. No recuerdo bien si sería el martes o el miércoles santo en uno de los paseos por dicha ciudad, nos adentramos en las dependencias de la Casa Museo de Cervantes ubicada en la calle Miguel Íscar.

Pesquisas y trabajos de mediados del siglo XIX, ubicaron en el edificio actual la ubicación exacta de la hoy Casa Museo Cervantes de la ciudad pucelana. En dicha edificación se supone, estaba la casa en la que había habitado Cervantes desde 1604 a 1606, entonces la calle se llamaba Rastro Nuevo de los Carneros.

La casa, tiene su origen en un conjunto de cinco edificios muy similares cada uno de ellos, datan de principios del siglo XVII, tiene la entrada principal desde la calle Miguel Íscar, a cuyo interior se accede, tras atravesar una amplia zona ajardinada que es separada por una valla desde la zona acerada de la citada calle del centro de la ciudad. En la parte trasera, la calle Rastro, existe también una entrada a dicha casa, a través de una cancela más pequeña. Esta calle tiene continuación y salida hasta la calle Miguel Íscar por un estrecho pasaje denominado pasaje Dulcinea

La estructura de la hermosa casa, evoca la arquitectura tradicional castellana de los siglos XVI-XVII, tanto en su distribución interna, balcones, ventanas, fachadas, etc.., aunque es notorio los efectos de las acciones rehabilitadoras ejecutadas en el siglo XX.

Cuando entré en las dependencias de la casa, estando en una habitación donde habría una especie de escritorio, en la mesa de esa dependencia -por lo menos en esa fecha-, se podía observar un único documento escrito, en castellano antiguo, difícil de leer y comprender a primera vista, pero no hubo ninguna dificultad en leer entre esos farragosos y casi ilegibles renglones el nombre de las localidades de donde yo procedía: Motril, Salobreña y Almuñécar.

En el segundo 5-6 se puede observar el documento.

Hice un esfuerzo por descifrar las líneas, su contenido y su significado. Imposible, no tengo ni tenía la habilidad requerida. Opté por coger una vía más rápida, y le pregunté a la persona que en ese momento estaba trabajando en la Casa Museo de Cervantes sobre el documento en cuestión. Esa persona solo me supo decir que se trataba de una copia de una carta que D. Miguel de Cervantes escribió y envió al Rey Felipe II, explicándole las vicisitudes que le acontecía en la costa de Granada respecto a la función de recaudador de impuestos que se le había encomendado. La trabajadora del museo, me informó que los originales se encontraban, no recuerdo bien si en el Archivo de Simancas o en el Archivo de la Real Chancillería de Valladolid, sito en el número 4 calle del mismo nombre. Creo que exactamente era en el Archivo de Simancas.

Teniendo tiempo e interés, al final, efectivamente pude obtener los datos que perseguía (que me traje a Granada y habiéndolos comentado con varios historiadores locales, luego vi que fueron publicados en varios diarios, blog, etc….)

Pues sí, el caso es que D. Miguel de Cervantes fue contratado por Felipe II como recaudador real de impuestos, estamos hablando de las postrimerías de la primavera de 1594, se trataba de un contrato temporal, con el objetivo de recaudar los correspondientes impuestos a los distintos ayuntamientos que se le habían asignado en sur de España, con un sueldo de unos 550 maravedíes por jornada.

Empezó su labor de recaudación por distintos municipios andaluces. En Granada, comenzó por los municipios del norte, Baza, Guadix, etc…, no teniendo ningún problema en recaudar lo encomendado, en los municipios de dicha zona, problemas que sin embargo si surgieron al llegar a los municipios de la costa granadina. Comenzó su labor recaudadora por la localidad de Motril, para luego seguir por Salobreña y Almuñecar, ¿Y que le ocurrió a Cervantes en esos con los representantes locales? Pues más o menos lo que caracteriza a dicho municipios a día de hoy respecto de las cuentas municipales, en quiebra permanente por el clientelismo político estructural a costa de las arcas municipales.

La situación obligó al cándido de Cervantes a quedarse más días de los previstos en la costa granadina, no tenía forma de cobrar ni un maravedí, la situación fue tan esperpéntica que el “ingenio popular” motrileño llevaron a justificarle los impagos, excusándose que que dichos pagos ya habían sido realizados mucho antes y a otros recaudadores. Dicha estrategia terminó por aburrir a Cervantes, pero además se extendió su uso a Salobreña y a Almuñecar, que utilizaron la misma treta para no pagar tampoco ni un maravedí al recaudador real.

El caso es que los días transcurrían, el contrato temporal se terminaba y Cervantes no recaudaba en la costa granadina ni un maravedí a favor de las cuentas estatales del Rey Felipe II. Dio por imposible llevar a cabo la recaudación y siguió por los municipiios de Málaga hasta llegar a Sevilla, ya que transcurría el plazo de su contrato y no llegaría a tiempo a la capital andaluza con la recaudación. En octubre de 1594 Cervantes le escribe una carta al Rey, en la que le manifiesta que, entre los tres pueblos granadinos, le han dejado a deber 374.123 maravedíes, le solicita al Rey más plazo para lograr cobrarlos, Felipe II le obliga regresar a la costa de Granada a cobrar la citada deuda, pero Cervantes después de lo que allí pasó, nunca volvió.

De regreso de todos lo municipios de Málaga, y de la provincia de Sevilla, en la capital andaluza, depositó en las oficinas reales toda la recaudación, advirtiendo los responsables tributarios del descuadre por los impagos en la costa de Granada. Nadie creyó a Cervantes, más bien creían que se había quedado con la recaudación, lo que provocó que el destino inmediato de Cervantes fuera la cárcel Real de la Calle Sierpes, situada en la calle del mismo nombre.  Allí pasó varios periodos de condena, por los mismos hechos, primeramente, unos siete meses en 1597 y posteriormente otro periodo en 1601 y 1602. Y allí fue donde Miguel de Cervantes empezó a escribir El Quijote, hasta que en 1603 abandona Sevilla dirección Toledo, con la célebre novela bien avanzada para ser terminada seguramente en tierras manchegas.

La conclusión de todo esto es doble, en primer lugar, que la existencia de la célebre novela escrita en castellano, se debe en parte y tiene fundamentalmente su origen en una desgracia, una condena y la correspondiente estancia en la cárcel por unos impagos de los munícipes de la costa de Granada, que ya en el siglo XVI, se caracterizaban por lo mismo que se caracterizan a día de hoy, la quiebra constante de las cuentas públicas. Pero, quién le diría a esos «ínclitos» morosos motrileños, salobreñeros y almuñequeros que tendrían algo que ver en los inicios de tan magna obra literaria, pues fue en ese periodo carcelario por culpa de los impagos en la costa de Granada, donde Miguel de Cervantes comenzó a escribir El Quijote. En segundo lugar y digno de destacar, porque no es el primer caso en la historia, ya les pasó a otros insignes personajes de nuestra historia, una de las diferencias fundamentales entre personas extraordinarias y el resto, es que las primeras, en la adversidad, se crecen, en los problemas ven oportunidades y sacan provecho. No ven problemas en una desgracia, no se hunden ni pierden el tiempo en otras cosas, ni tan siquiera caen en depresiones u otro tipo de patologías, sino que aprovechan la circunstancia para hacer las mayores creaciones de su vida. No solo le pasó a Cervantes, también a otros tantos, como, por ejemplo, ahora me viene a la memoria, la célebre María Moliner, a quien, tras la Guerra Civil, su degradación laboral, la llevó al ostracismo y a una «biblioteca de tercera», donde aprovechó el tiempo, y echándole hora y horas en la mesa del salón de su vivienda generó el diccionario más importante del uso de lengua española, y ejemplos como estos, hay muchos más.

GRANADA a 14 de junio de 2023

ANTONIO GUTIÉRREZ ALONSO

LA DECADENCIA URBANA EN EL SUR DE GRANADA

Cuanto se habla del término “decadencia” en el ámbito urbano, lo relacionamos directamente con otros términos, por ejemplo, degeneración, podredumbre, plaga y finalmente muerte, urbana. ¿Es posible que lleguemos a presenciar un episodio de “muerte urbana”? Por supuesto, lo hemos visto hace poco en la ciudad de Detroit -USA, donde además de presenciar in situ, episodios urbanos a los que podríamos atribuir todos o algunos de los anteriores adjetivos, también se le aplica el económico, al caer en una escandalosa quiebra presupuestaria.

Pero el objeto del presente artículo no es ninguna ciudad norteamericana, sino cualquiera de los tres municipios más poblados de la costa de Granada, mi hábitat natural, donde hoy, sin lugar a ningún tipo de duda podríamos decir que son “municipios fallidos” por la nefasta y desoladora gestión económica y “de lo público”, por lo tanto, no solo desde el punto de vista económico sino también desde el urbanístico. No se puede hacer peor, solo hay que analizar y visualizar los estándares públicos para ver donde estamos y hacia donde vamos.

Empezamos por MOTRIL, es una ciudad que patológicamente ha sufrido un cáncer democrático sin parangón respecto de los otros municipios. Motril, partió hace décadas con dos hipotecas muy grandes. La primera hipoteca, un ayuntamiento, donde sucesivamente, cada responsable político que ha cogido el poder, ha cargado las nóminas municipales sin límite alguno, bien directamente en la plantilla municipal o en la extinta empresa municipal de limpieza (LIMDECO) que llegó casi a tener el mismo o más personal que el propio Ayuntamiento. La segunda hipoteca, un PGOU aprobado conforme a la antigua LOUA, con más carga ideológica que soluciones o adaptaciones a la realidad que el turismo y los distintos pilares económicos necesitaban. El resultado es desastroso, las intervenciones en espacios públicos, a excepción del centro urbano, y cuatro proyectos (ruinosos) de los fondos FEDER, han sido inexistentes y las que se han hecho no han aportado valor alguno. La zona turística, pierde valor, en el sentido de que hasta el único parque que hay en Playa Granada se deja que se arruine años y años, (aunque ahora se les eche la culpa a los jabalíes, benditos jabalíes), ni cobertura de telefonía móvil hay en Playa Granada, a duras penas se ha salvado el campo de golf, y el mantenimiento de las zonas verdes y limpieza ha sido asumido por el ayuntamiento cuando se lo endosaron a los promotores vía entidades urbanísticas de conservación, inexistente e imposible. Todo un éxito de gestión urbanística, donde desde hace tiempo se acogen desde la casa consistorial para no asumir lo que se hace, asume y costea en cualquier municipio del mundo. Igual que la carretera de acceso desde la CN-340, que en vez de conducirte a una zona turística de “lujo”, parece conducirte al fin del mundo. Que sí, todas las escusas que queráis, que no es vuestra, que es la CHG o de quien sea.

Solo hace falta ver la cantidad y calidad del visitante turístico de Motril, para adivinar que nunca se emprendió el camino correcto en el sector turístico. Una auténtica pena, de tiempo y recursos perdidos. Eso sí, el año que viene, a Fitur a seguir comiendo gambas, tal catetos en Madrid.

Parque Severiano Ballesteros en Playa Granada -MOTRIL-

En cuanto a SALOBREÑA, donde siempre se ha defendido que el turismo es la gallina de los huevos de oro, baste solo dar una vuelta por la playa, para ver como desde las instituciones públicas, se ha dejado de morir a la “gallina”. A todo animal, como a las plantas, si quieres que, de sus frutos se la ha de alimentar y cuidar. El paseo marítimo de Salobreña, lleva sin una intervención integral que lleva pidiendo a gritos, decenas de años. Y si nos vamos a la parte de atrás de la primera línea de playa, al denominado vial central, es el paradigma de la decrepitud urbana por excelencia, paseo que cuenta con el mismo albero que el que se le puso hace aproximadamente 30 años, farolas rotas, con báculos podridos, asientos destrozados y carcomidos, malas hierbas por las aceras y adoquines, árboles abandonados, es absolutamente penoso. El aguante y paciencia de los turistas y propietarios de inmuebles en Salobreña es superior al del santo Job.

Siempre se ha dicho que el valor de Salobreña es su casco antiguo, porque playa y sol hay en muchos sitios de España, pero pueblo, con esa fisionomía y atributos, solo Salobreña. Y respecto de la playa, pues tampoco es que podamos presumir, pero de pueblo si, ¿Y en que estado se encuentra el pueblo? Pues tan penoso como la playa, ya no solo por el lamentable estado de los espacios públicos, que también, sino por la dejadez absoluta por parte de los responsables municipales para que se cumpla con las ordenanzas y normativas municipales. ¡Es tan lamentable ver el estado de algunos inmuebles, de fachadas, de rincones! ¿Dónde está la labor coercitiva municipal? ¿Por qué no se actúa de oficio y/o subsidiariamente?

Cada vez que visito el pueblo, no solo veo envejecer a mis padres o a mis familiares, o a mis vecinos, también veo envejecer al pueblo, directo a una decadencia absoluta y negligente. Antes salvaba el pueblo la imagen desde fuera, después de la maldita calima, ni eso. Plan para limpiar la calima y salvar la imagen del pueblo, ni está ni se le espera. Idea gratis: bonificadle el IBI totalmente a quienes limpien las fachadas.

Por otro lado, recorrer sitios de enorme potencial turístico como el “Monte de los Almendros” y en lo que ha quedado, el penoso resultado actual, dejándose al albur de cuatro manos con intereses espurios, con una Entidad Urbanística que de facto constituye un pequeño ayuntamiento dentro de otro ayuntamiento, el de Salobreña, del que emana una más que notoria desidia de arreglar y asumir nada, la misma que lleva a que no se haya tutelado ningún tipo de desarrollo turísticos de residencial de lujo en todas las laderas contiguas hasta casi el término municipal de Almuñécar.

Calle Santa Cruz, casco urbano -SALOBREÑA-

En cuanto a ALMUÑECAR y La Herradura, era una cuenta pendiente, y este verano he tenido la oportunidad de saldarla. Algo mejor que los otros municipios, pero no libre de la “decrepitud urbana” y mira que, por tener más cercanía a Málaga, igual se le pegaba algo, pero ni por esas.  En cuanto estás unos días, te das cuenta que parece que no te han sacado un capítulo de “verano azul” (no solo en cuanto al mobiliario e inmuebles urbanos o al paisanaje urbano). Respecto a la limpieza, mucho mejor que los otros dos municipios, en cuanto al tratamiento de los espacios urbanos y mantenimiento y regeneración de los mismos, igual que los otros municipios. El caso más paradigmático en el término municipal de Almuñécar es La Herradura, ya sea como municipio o la propia Marina del Este. Si del núcleo urbano de La Herradura se tratase, el nivel edificativo es paupérrimo, pero si nos introducimos en cualquiera de las calles perpendiculares al “paseo marítimo” por llamarlo de alguna manera, es para hartarse de llorar cuando ves o transitas por el estado de dichas calles, donde habitan más los baches y agujeros que el propio asfalto. Si nos vamos a la sobrevalorada “Marina del Este” lo que vemos, no es que se ya solamente para hartarse de llorar, es que es de juzgado de guardia. Contemplar las escalofriantes edificaciones y bloques de pisos que se han construido y se siguen construyendo, y, por otro lado, una vegetación que es una auténtica selva, sin ningún tipo de mantenimiento con unas carreteras llenas de baches y quiebros, sin ningún tipo de aceras, zonas verdes o equipamientos, una auténtica jungla, además del peligro que entraña para cualquier desafortunado incendio, que por supuesto, en el estado en el que está la vegetación se lo lleva todo por delante. Todo ello, acompañado de un puerto deportivo, sin vida alguna, anodino, con edificaciones en primera línea en estado de derrumbamiento parcial. Todo un poema.

Toda ciudad, municipio, pueblo, necesita como tu propia casa, unos procesos de renovación constante, para ello se necesitan recursos, en estos municipios que he citado, se nota que los recursos se destinan o son necesarios para otra cosa. Además, se necesitan responsables políticos comprometidos, aquí pueden que lo estén, pero se ve que, con los procesos de renovación urbana, no lo están y con el turismo de calidad tampoco. Y finalmente, los funcionarios, importantísimos, porque gracias a nuestro sistema democráticos, perfectos analfabetos y analfabetas ascienden a cargos de dirección de política municipal, pero si los funcionarios de los que dependen las decisiones públicas urbanísticas, no son gente seria, responsable, y comprometidos, con el estado vital y de renovación constante que requiere un municipio, entonces poco futuro tienen estos municipios. Tan poco como ninguno.

He tenido la oportunidad de viajar estos últimos años por municipios de la costa portuguesa, por otros del propio litoral andaluz, como de la limítrofe provincia de Málaga. En cualquier playa de Portugal, por muy recóndito que esté el pueblo, a nivel de equipamiento de playas, nos coloca en el tercer mundo turístico. Desde Estepona hasta Fuengirola, es otro mundo si lo comparamos con la costa de Granada. Por ejemplo, lo que ha hecho el alcalde de Estepona y su equipo de gobierno con ese municipio los últimos años, no tiene nombre, es simplemente espectacular, ya no solamente desde el ámbito de la regeneración urbana, sino desde otros tantos, limpieza, seguridad, etc… Otro ejemplo es Fuengirola, el proceso urbanizador en la zona del Higuerón, es extraordinario, aunque esté en lo alto de un cerro y a kilómetros de la costa, tanto uno como el otro nos lleva a ver como una buena gestión pública hace que aumente el tema de la inversión privada de calidad que hace que eleve la categoría turística de dichos municipios. En los tres municipios costeros, lo único que se elevan son los salarios de sus responsables políticos y determinados funcionarios. Allí hay municipios en constante renovación, no hay manera de que envejezcan, aquí municipios que se mueren, la antítesis de lo que está pasando en la costa de Granada.

Calle acceso a Marina del Este -La Herradura-Almuñecar-

En definitiva, estamos condenados.

ANTONIO GUTIÉRREZ ALONSO

Marina del Este (La Herradura-ALMUÑECAR)

1 de agosto de 2022